lunes, 28 de mayo de 2012

Audiencia correspondiente al 9 de Mayo


“Quería recomendarles que podrían tener una mínima dignidad y que digan donde están los nietos”. Maria Laura Bretal


           Se inicia la audiencia del día con el testimonio de Irene Molinari, 58 años, docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
          Comienza su relato atestiguando que el día 27 de junio del año 1978, siendo aproximadamente la hora 11, allanan el domicilio de calle 9 de julio 2621 que compartía con su marido Marcos Chueque. Una patota de 6 o 7 personas, vestidos de civil y portando armas, “el que daba las ordenes era de tez blanca, bajo y otro fornido, alto, que parecía llevar peluca y que es quien me interroga”.  Se identificaron como pertenecientes a la policía federal. “Ingresan al domicilio, se aproximan a la puerta, abro, me llevan a un sillón en el comedor. Revisan todo y escucho dicen ya llega, ya llega,  al rato paso uno con Marcos”. Paso seguido ambos son esposados, “me suben a un Torino naranja y a Marcos en un  Renault blanco, arrancaron y se iban comunicando entre los dos autos, en 9 de julio y Santiago del Estero me ponen una capucha”. Al llegar a la Base Naval es alojada en una celda pequeña, había una silla y ahí permaneció esposada. “me traen comida en bandeja compartimentada, sentí una voz que pedía más pan”. Pasado cierto tiempo es llevada a una habitación donde es interrogada, “me interrogan por Marcos, ¿qué hacía?, por Vanguardia Comunista, preguntaban por qué había tantos recortes de diario, un tercero me pega, me lastiman los ojos”. Luego es trasladada a otra dependencia, “un lugar pequeño, muy iluminado”, donde es obligada a desnudarse, la atan a una mesa y es torturada con picana, “cuando me interrogan me sacan capucha, preguntaron por mis 2 hermanos que eran de la Juventud Peronista, que ya no estaban en la ciudad, me mostraron fotos, fotos de hermanos y estudiantes”.  “El que aplicaba tortura era de 1,60 m, oscuro, pelado, gordito y el que preguntaba era alto, fornido, rubio,  peluca, tenía datos ciertos”.
          Ya en la celda le llevan la cena. Uno de los participantes del operativo le dijo “lo hacemos por la patria, por el bien de la Argentina, es necesario.  le pregunté por mi marido y me dicen que lo iban a llevar a Buenos Aires, viene uno por uno a decirme que guarde silencio, que no se nada, siento que arrastran un cuerpo y dicen ¿estas bien Marcos?”.
           Le informan que va a ser puesta en libertad, “me llevan al baño, me lavo la cara, la puerta tenia agujero por el  que me observaban”.
            “Me vuelven a poner la capucha, me suben a un auto y salimos, sale a la derecha y sube a Playa Grande, me sacan capucha y veo el Parque San Martín y el Instituto de Biología Marina, compruebo que estuve en la Base Naval Mar del Plata, eran las 12 de la noche, me dejan a 1 cuadra de casa y me recibe mi cuñada”. En el domicilio la testigo observa el faltante de documentación, dinero y desorden generalizado.
          Junto a su familia comienza un largo peregrinar para dar con Marcos, presentaron habeas corpus, notas al ejército y a la marina, a organizaciones de derechos humanos, embajadas, Ministerio del Interior, fueron al obispado local donde son atendidas por el obispo Rómulo García en una oportunidad y recibieron la promesa que se ocuparía del caso, “nunca supimos más nada”.
          Molinari siguió sufriendo persecución, “me vigilaban con el mismo auto que me llevaron”. A los 4 meses es citada al  “café al lado de Canal 10 y ahí me devuelven la bufanda, certificado para recuperar restos de mi padre y me dicen que Marcos fue llevado a Buenos Aires”.
          En visita de reconocimiento del lugar con la CONADEP, recordó “el aire marino, ruido del mar, reconozco el lugar, fuimos a Buzos Tácticos, estaba la misma mesa de fotos. No tengo dudas que estuve en la Base Naval”.
         Marcos había sido militante del Partido Socialista de los Trabajadores y luego paso a Vanguardia Comunista. “Lo acusaban de ideólogo, ya en el 76 lo habían ido a buscar. Estoy orgullosa de los 30 mil desaparecidos, valientes, hoy podemos hablar en voz alta y dar la cara, ellos son asesinos y espero tengan una condena ejemplar”.
           La segunda testigo en prestar declaración es Maria Laura Bretal, 59 años, socióloga, quien jura por los 30 mil desaparecidos y el Socialismo.
          María Laura es secuestrada el 3 de mayo del año 1978 en la ciudad de Ensenada y fue alojada en el Centro  Clandestino de Detención denominado La Cacha. “Estuve la primer semana en la sala de torturas y luego me pasan a la planta alta, donde había 3 compañeras que venían de la Base Naval, Silvia Siscar (Anita), Chispi (Lucia Perrier)  y Angelita (Maria Baldasarre), estábamos encapuchados y esposados”. 
          En La Cacha también “estuvo Néstor Furrier (marido de Chispi) y Jimmy (Jorge Aguilera), todos habían pasado por la Base, Maria Cristina García (La Gringa) y estuve con Laura Carlotto, ella tuvo a Guido,  y Alicia Cajul. La Gringa hacía más tiempo que estaba ahí, sabia que n o iba a salir con vida, no estaba tabicada, su marido era Daniel Bonn, que se había exiliado. 
          La testigo hace referencia al Operativo Escoba, acción llevada a cabo a partir de diciembre de 1977 para secuestrar y desarticular a integrantes del Partido Comunista Marxista Leninista.
          Recuerda haber visto “a Walter Rosenfeld, lo llevaron de Mar del Plata, para nosotros Emilio, estaba en condiciones terribles, y a Patricia Marcuzzo que la llevan a la ESMA”.
          A Walter Rosenfeld, “Raúl Bonaffini y Carlos Lahítte lo llevaban al baño y le daban de comer, lo verdugueaban por judío, a Walter lo trasladan en agosto”.
          A “Patricia Valera, la levantan en la playa y de ahí la llevan a la Base Naval, fue a La Cacha a fines de junio, contaba que venía de la Base”. Los marinos  Gustavo, le decían el Marpla y Pablo la trajeron”. “El Marpla era alto, morocho, bigote, casi tengo la certeza que es Jorge Negri, lo reconocí por la voz y su aspecto físico. Pablo estudiaba veterinaria y esta imputado en causa La Cacha”.
          “Por la noche los guardias solicitaban compañeras, La Gringa vino de la Base abusada y en La Cacha también. Un día le dicen a Raúl Bonaffini que le traigan a las chicas, Raúl nos aviso, le dicen que aparte a Silvia y la mande, Él no lo permitió, le costo una noche de tortura y que lo dejaran colgado toda una noche”.
          “El grupo de Mar del Plata fue trasladado el 10 de agosto. El 8 fue cumple de Inés Paleo y La Gringa le hizo una torta, a Inés la liberan el 18, Norma Kin estuvo hasta octubre y todavía estaba La Gringa, la dejaron para el final junto a Raúl. La Gringa encontró en La Cacha el lavarropa de la casa, y el pulóver del marido y el reloj lo tenia puesto un guardia”.
          “En 35 años como victima y sobreviviente las que estuvimos seguimos teniendo las consecuencias de esto, nos quedan los traumas y se transmite de generación en generación, luchábamos y militábamos por un país mejor, una sociedad igualitaria. Ellos continuaron atentando a todos,  a los hijos, a las madres, Jorge Julio López, Silvia Supo y esto demuestra que la impunidad continúa, el aparato represivo no esta desmantelado, espero que se aplique la ley, no como con Duret, quería recomendarles que podrían tener una mínima dignidad y que digan donde están los nietos”.
          La última de las testigos en prestar declaración fue Maria Inés Paleo. Estuvo detenida en La Cacha del 25 de julio al 15 de agosto de 1978.
          Pudo “ver y saber que estaban La Gringa, Maria Cristina García, Chispi Furrier, Silvia Siscar (Anita”, Maria (Angelita) Baldassare,  Jimmy, Walter Rosenfeld, todos venían de la Base Naval”.
          “Con las mujeres conversé varias veces, sé que a Walter lo maltrataron bastante, estaba ahí pero no lo vi, eran del PCML, ellos creían que iban a pasar a cárcel legal, pero en agosto los trasladan yo los vi ahí cuando los llevaron, menos a La Gringa”.
          “Ellas decían que en la Base estaban peor que en La Cacha, estaban torturados, muy torturados”.
           La audiencia paso a cuarto intermedio para el día 10 de mayo a las 10 hs.
         
         
         
          
        

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