viernes, 11 de mayo de 2012

“Quedate tranquilo lo estamos haciendo por el bien del país, de la patria y justo llegaste en mal momento, por eso te paso esto y nunca jamás comentes esto porque te volvemos a buscar”



Quedate tranquilo lo estamos haciendo por el bien del país, de la patria y justo llegaste en mal momento, por eso te paso esto y nunca jamás comentes esto porque te volvemos a buscar”
Luís Alberto Martínez

El primer testimonio estuvo a cargo de Carlos Manuel Barboza quien habla por relato de la familia. Entre el 7 y 9 de septiembre del año 1977 un operativo conjunto irrumpe en el domicilio y secuestran a su padre Carlos, a José Changazzo y a Luís Alberto Martínez. A pocas cuadras del lugar es detenida su madre Silvia Ibáñez dejando al testigo bajo custodia de la familia de Luís Martínez. Vale recordar que Carlos Manuel contaba a la fecha del secuestro con 10 meses de vida. “La familia Martínez llamó a mis abuelos y ellos me vinieron a buscar”. Por relato de su tía Susana Barboza supo que su padre estuvo detenido en la Base Naval Mar del Plata. Aproximadamente al mes del secuestro las Fuerzas Armadas hicieron en la propiedad de la calle Ortiz de Zarate una conferencia de prensa con “exposición de armas en la vereda y decían que era de la casa, para los mismos vecinos era una falacia, un montaje”. Según testimonios de sobrevivientes de la Base Naval Mar del Plata Carlos fue visto con vida en el año 78.
          Carlos ya en el 72 estuvo detenido y había sido torturado, en ese momento era militante de las Fuerzas Armadas de Liberación y luego pasó al Partido Comunista Marxista Leninista. Hace mención que los secuestros “comienzan con la caída de un campo en las afueras de Mar del Plata y de ahí entre septiembre y octubre cae la mayoría”.
          El domicilio fue usurpado por las Fuerzas Armadas y luego de largo proceso judicial fue recuperado por la familia.
          En segundo término declaro José Luís Pónsico, periodista deportivo, que relata el secuestro del Secretario General del Sindicato de Prensa Amilcar González, hecho ocurrido en la sede del ministerio de trabajo. A instancia de José Bellini, Secretario General de UTEDYC, logra conectarse con Bujedo y Racedo a quienes el testigo conocía por ser uno juez y el otro juez de línea de la Liga Marplatense de Fútbol.  Ambos llegaron a la ciudad a comienzo de los 70 oriundos de la ciudad de Bahía Blanca. A instancias de Bujedo, Racedo convoca a Pónsico a la Base Naval. “Racedo era el jefe de Bujedo dentro de la Base”. Al tiempo supo que el imputado era de Inteligencia de Infantería de Marina. Al consultar José Luís por la situación de Amilcar, Racedo le informa “no tiene nada que ver con la armada, lo tiene el ejercito, te puedo decir que esta con vida, lo pueden tener 1 día, 1 mes o 1 año, están viendo que hacer con él”. Con respecto a los demás periodistas le muestra las fichas de cada uno de ellos y le manifiesta no están siendo buscados por la Marina.
          Hace descripción de la oficina donde es atendido por Racedo dentro de la Base Naval, “mostró buena predisposición para ayudar, tuvo el gesto, me despide y dice cualquier cosa me llamas”. A los días el testigo agradece por la mediación a Bellini, quien le hace saber que el sobrenombre de Racedo es Comisario Pepe. Describe  Racedo era alto, robusto,  con entradas, Bujedo bajo y delgado”.
          José Luis Pónsico fue despedido del diario La Capital, Amilcar González había sido “llevado por el ejercito con complicad de la CNU, Fernando Delgado fue quien encabezó el procedimiento”.
          El tercer testimonio estuvo a cargo de Luís Alberto Martínez quien recuerda fue detenido en operativo realizado entre agosto y septiembre del año 1977 . Es llevado encapuchado y trasladado junto al dueño de casa y otra persona más. Los bajan a los 3 juntos, seguía encapuchado y esposado, me sentaron en una silla. Cuando le sirven la comida pudo ver la ropa verde y los borceguíes del guardia. “Escuche gente que preguntaba y gente golpeada, insistían con lo del campo o la quinta pasando el cementerio parque, se sentían gritos de dolor”. El testigo estuvo detenido durante 4 horas, lo llevan en auto mediano, encapuchado y esposado, le dicen “quedate tranquilo lo estamos haciendo por el bien del país, de la patria y justo llegaste en mal momento, por eso te paso esto y nunca jamás comentes esto porque te volvemos a buscar”.
          El hijo de Silvia Ibáñez y Carlos Barboza había sido entregado a los padres del testigo, quien mediante telegrama le informa a los abuelos del niño lo acontecido.
          En la noche “atracaron en casa de Barboza 2 camiones y se llevaron todo, todos de civil, no dejaron nada de la casa y del taller”.
          Al mes aproximadamente “hacen un operativo en la vivienda, aparecen los medios, hacen conferencia de prensa, relacionan a alguien que tuvo enfrentamiento en Edison y Mario Bravo y que en esa casa vivían los subversivos y ahí se fabricaban armas, lo hizo el ejército”.
          La casa fue ocupada por gente del ejercito, los hacían permanecer ahí, siempre relacionados con el GADA, eran suboficiales y oficiales”.
          Seguidamente declaró Miriam Cristina Doveauv casada con Luís Alberto Martínez, quien le comentó que había sido detenido, “me comento lo sucedido y fuimos a mandar telegrama, el  texto decía se llevaron a Silvia y a Cacho, tenemos al bebé. Luego vinieron los abuelos y llevaron al niño. Él arreglaba motores y ella era maestra, nunca más los vi”.
          El cuarto testimonio fue el de Maria Cristina Torti, , comienza recordando que en la noche del 2 de septiembre del año 1977 “llegaron hombres a casa, entraron armados buscándolo”, buscaban a su marido, Eduardo Caballero, que en ese momento se había dirigido a casa de su madre.  Un grupo se quedo apostado en el domicilio y otro salió en su búsqueda. Al rato volvieron y me preguntaron por Silvia, dije que no la conozco, es amiga de mi marido, yo no sabia donde vivía,  me preguntaban por sobrenombres el Oso Jorge Vázquez, Silvia Mendoza Celis, el Gallego, la Gallega, el Cabezón, no sabía su nombre y tampoco donde vivían. En la madrugada se retiran y le dicen que en caso de recibir visita de Silvia le pregunte su dirección. La patota se apersonaba todos los días por el domicilio. “El 7 viene Silvia a casa, le dije te andan buscando, se llevaron a Eduardo”. A Eduardo lo levantan de la puerta de la casa de la madre, calle Santiago del Estero entre Colón y Bolívar. “Después de un tiempo,  encuentro en parque Camet a quien iba a mi domicilio, el hombre me dijo no lo busques más, rehace tu vida, el hombre se fue. A los 3 días apareció en el diario que Eduardo había caído en un enfrentamiento, me mostraron en fotos el lugar donde había muerto, de Eduardo flaco, le corría hilo de sangre por el cuello”.  Le dijeron que fue enfrentamiento entre militantes del ERP y Montoneros. Eduardo era militante del Partido Comunista Marxista Leninista. Le mostraron su documento y le informan que estaba enterrado como NN en el cementerio local. Luego se exhumaron los restos y con el ADN de las hijas pudo ser reconocido, junto a él se encontraban Vázquez y Changazzo. Changazzo era el marido de Silvia. Todos militantes del PCML.
          Previamente al secuestro, 2 días antes, un hombre rubio, de 1,80 metros, había pasado por el domicilio  para preguntar si su marido seguía trabajando con el tejido. Era el mismo hombre que participo de los allanamientos, el mismo que secuestro a Eduardo en la puerta de la casa de su madre, el mismo que iba todos los días preguntando por Silvia, el mismo que la testigo encontró en Camet.
          La familia hizo innumerables trámites para localizarlo, “en el GADA me dijeron vaya a la Base para saber por su marido”. Por testimonio de Eduardo Lams que trabajaba en la Base supo de la presencia Eduardo en el lugar.
          En el año 2008 la urna con los restos de Eduardo Caballero desapareció del cementerio.
          El quinto testigo fue la hija de Eduardo Caballero, Maria Victoria Caballero, de 40 años, tenia 6 años cuando su domicilio fue allanado. “Solo recuerdo ver muchos hombres en mi casa, dos parados al lado de mi madre”. Supo que el padre fue secuestrado de la puerta del departamento donde residía su abuela. Durante 3 meses fueron a la Base Naval, llevaban comida y frazadas. “Yo vivía con mi madre y abuelos paternos”.
          Por ultimo presta declaración Maria Virginia Caballero, de 38 años, hija de Eduardo Caballero. Tenia 3 años, “me acuerdo algunas cosas de mi papa, siempre cuando llegaba le preguntaba si tenia chocolatín”.   Lo mismo le preguntó a uno de los integrantes del grupo de tareas. “Era de noche y había mucho ruido”. Recuerda que su madre siempre tenia que dejar una nota en la puerta diciendo donde iba cada vez que salía.
          Por un primo de mi abuela supe que había estado en la Base Naval”. “Mi abuela recibio amenazas cuando encontró los restos de su hijo”.
         El tribunal pasó a cuarto intermedio para el día 11 de abril a las 10,30 hs. Para presenciar los juicios se puede concurrir a dependencias del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, Av. Luro y Santiago del Estero con la sólo presentación del documento nacional de identidad.

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