lunes, 25 de junio de 2012

“Sabían del PST, más que nosotros mismos”. Ernesto Prandina, ex militante del PST.


“Sabían del PST, más que nosotros mismos”. Ernesto Prandina, ex militante del PST.

Con modalidad de video conferencia comienza la audiencia del día de la fecha con el testimonio de Maria Pilar Jahll.
         “Yo era esposa de Roberto José Frigerio, nos habíamos casado en febrero. El 1ero de diciembre entraron varios a mi casa, República del Líbano 1357, venían a llevarlo por averiguación de antecedentes, su hermana estaba detenida en la Base”. Estaban de particular, “uno mostró credencial amarilla de Superintendencia de Seguridad Federal”.
          “Uno se quedó hasta que vino mi tío. La última cosa que dijo Roberto fue ella esta embarazada, creí que iba a volver. Ya estaba casi a término del embarazo. Le pregunté por Rosa Ana y me dijo que ya le habían sacado el yeso”.
        No recuerda aspecto físico ni apodos y nombres. Roberto era estudiante de Ingeniería y participaba del centro de estudiantes.
         Hizo habeas corpus y fueron negativos, los presentó el Dr. Gulminelli. Se presentó en la Base Naval y tampoco recibió respuesta favorable.
         Por relato de su suegra Isabel Álvarez de Mandagarán supo que “el padre de mi actual esposo, marino retirado, preguntó por Roberto, le dijeron lo habían llevado a Magdalena y ahí había fallecido”.
         “Mi hija Yudiht nació el 17 de diciembre y por ella seguí adelante”.
          Paso seguido prestó declaración Miguel Celedonio Presa, 57 años, Policía Bonaerense retirado.
         Con escasa memoria y no muy buena predisposición comienza su relato haciendo referencia que “en el 76 más o menos, en horas temprana, estando en Sub Comisaría Peralta Ramos, me avisan por llamado telefónico, que había habido un enfrentamiento entre subversivos y militares en Santa Celina”.
         “Había una sola pared en pié. Estaba todo destruido, encontramos esparcidos restos de cuerpo humano, huesos de 2 masculinos y 2 femeninos según los médicos. Veía gran cantidad de uniformados, sólo le dimos intervención al juez de turno y al registro civil como NN, y los hice inhumar en cementerio”.
         No observó ambulancia ni heridos. No recuerda haber visto a alguien con yeso en el lugar. No recuerda presencia de peritos. No recuerda que se hayan sacado fotos. No recuerda que se hayan efectuado pruebas dactiloscópicas. No le consta que la Policía dependía del Ejército. No recuerda quien llevó los cuerpos. No recuerda que causa de deceso pusieron en las actas. No recuerda presencia de armas. Si recuerda que salió en los medios y la presencia de una bandera blanca con letras azules que decía Ejército Revolucionario del Pueblo.
         Por último, mediante video conferencia, desde San Pablo Brasil,  brinda su testimonio Ernesto Prandina, 56 años, empresario, ex militante del Partido Socialista de los Trabajadores.
        “El 13 de octubre por la madrugada, despierto por golpes en la puerta, identificados como de la Federal, sin uniformes, armados, de barba, revisaron todo buscando armas. Uno que comandaba se presentó como Oficial Maidana. Eran 8 o 10 personas, me encapucharon y metieron en un Falcon verde”.
         “Vivía cerca del puerto, en el Martillo, circulo 30 minutos, se identifican y dicen traían un paquete, circulamos otros 5 minutos, ahí comienzo 45 días de secuestro que sufrí”.
         “Conocía a Norma Uder, era importante dirigente del PST, me la crucé en cesión de tortura, estaba en estado lamentable. Vi a Gustavo Statti y a otro Javier, otro Díaz y Gladys Garmendia. A Norma la vi muy mal, luego supimos que ella se había ido, un suboficial dijo esa chica ya fue. Javier era Martínez, estaba secuestrado, pasó por la tortura, Javier era del PST. Ellos fueron trasladados, todavía no sabemos donde”.
         Paso seguido describe las instalaciones de la Base Naval Mar del Plata, los calabozos, las sillas, bandejas de comida. Recuerda el ruido del mar y la sirena de los barcos.
          En los interrogatorios le “preguntaban por nombres de integrantes del PST, teléfonos y actividades políticas”.
           Después de unos días una persona, que formaba parte del grupo que lo secuestró, se identificó con el nombre de Néstor, me permitió conocerlo, era de ascendencia alemana, rubio, cabello claro. Lo identifiqué como Julio Cesar Falcke, que me torturó durante 45 días”.
           “Una mañana viene un oficial que dice Néstor quería hablar conmigo, me dio instrucciones para que no me meta en política, que iba a ser liberado. Una noche un guardia me dijo llegó tu hora, pensé era sentencia a muerte, me metieron en un coche, me sacan capucha y me hacen caminar, me saque capucha, estaba cerca de la casa de mis padres”.
         “Una vez liberado, vio a Falcke en 2 oportunidades, me preguntaba como estaba, por la familia y el trabajo,  fue en un bar en el centro”.
         “Sabían del PST, más que nosotros mismos”.
          El tribunal pasó a cuarto intermedio para el día 28 del corriente a las 10,30 hs.

 Por Jorge Censi

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