viernes, 4 de noviembre de 2011

Audiencia del Jueves 2 de Noviembre

Con el testimonio de Pablo Mancini comenzó la audiencia pautada para el 2 de noviembre en el Tribunal Oral Federal Nro 1 de nuestra ciudad.

El testimonio de Pablo Mancini

Pablo Mancini fue secuestrado la noche del 8 de septiembre del año 1976, cuando se encontraba en su domicilio particular de la Av. Libertad 3286 Planta Alta. En ese momento se hallaba jugando ajedrez con su amigo José Luís Anselmo, siendo aproximadamente las 23,30 hs siente golpes en la propiedad de su padre, que vivía en la planta baja. Al asomarse por la ventana ve gran cantidad de personas vestidos de civil portando armas largas. En un momento pensaron si era conveniente entregarse o fugarse por los techos, acción que desestimaron por la gran cantidad de efectivos que habían concurrido al lugar. El Grupo de Tareas se identificó como de Coordinación Federal y entraron a la vivienda revisando absolutamente todo. Las primeras preguntas eran si conocían a Daniel Patruco, Valentín Del Carril y Hugo Suárez. Los sacan por la salida de la calle Salta y pudo visualizar 2 autos Ford Falcon, dentro de uno ya se encontraba Anselmo y otros vehículos sobre la Av. Libertad. Una vez encapuchado y tirado al piso el auto emprende su marcha yendo por Salta hasta Av. Luro, por esta hasta Independencia y hacen una parada frente a Seccional Primera de Policía, donde tocan bocina, paran, y de un auto le dicen a otro “a casa”, continúan el recorrido por Independencia hasta J B Justo y de ahí a la Base Naval. Lo introducen en una sala, presume no muy grande, lo hacen desvestir y comienzan las torturas con picana eléctrica. El interrogatorio fue extenso, le preguntaban por su militancia política. Pablo había sido estudiante de la Facultad de Arquitectura en el año 1971, habiendo participado en la agrupación GEA, Grupo de Estudios Antiimperialistas, donde también participaban Arestín, Nora Román, Estela Mersota, Patricia Pedrochi, Roberto Labagna entre otros. En el año 73 se suma a la Juventud Universitaria Peronista, JUP, y milita en el barrio Gral. San Martín haciéndolo con Alejandra de Pablo, Marta Caballero, Eliana Pachano, Daniel Bargiacoba, Chino Celesia y Mercedes del Barrio. En el 1974 fue convocado a realizar el servicio militar obligatorio, y es trasladado a Bahía Blanca donde es dado de baja en febrero del 1975. Al incorporarse nuevamente a la militancia se da cuenta que todo ha cambiado, “los grupos civiles armados ya estaban funcionando y hacían una especie de cacería, Mar del Plata era una cacería total”. A mediados del 75 dejó de militar orgánicamente por diferencias con la organización.

Durante el interrogatorio le preguntaban insistentemente por el trabajo barrial, y por cual era su grado de compromiso. “Con tanta tortura llego el momento que no sentía ni la corriente”. Finalizado el hostigamiento lo sacan y hacen subir por una escalera exterior, al aire libre, y lo meten en una sala, lo hacen quedar parado contra la pared y se da cuenta que en ese momento lo hacen bajar a Anselmo, quien “es traído al rato en pésimas condiciones”. Con Anselmo pierde contacto a la semana. En el segundo interrogatorio le preguntaban específicamente por su militancia universitaria, la persona que más preguntaba era diferente a los anteriores, y “sabía bien y conocía el ámbito universitario”.

En la Base Naval estuvo 20 días, en esos días le mostraban fotos de documentos que no pudo reconocer. Le preguntaban por Silvia, la Monja. En una oportunidad lo llevan a ver a una chica que se encontraba desnuda en la camilla de tortura para ver si la conocía. Otra noche le dicen como puede ser que no conozcas a nadie, le hacen sacar la capucha y le piden mire a la cara, identifica a uno que había estado la noche de la detención y este le expresa “si te acordas de alguien me llamas, pregunta por el Comisario”. Recordemos Comisario Pepe era el sobrenombre de Racedo.

Luego de su estadía en la base es trasladado al ESIM, en un camión con varios detenidos. Las condiciones de cautiverio fueron muy duras, venda y capucha en los ojos, pies y manos atados, obligados a estar sentado continuamente y música a todo volumen durante las 24 horas. Las golpizas eran terribles. Recuerda que a su lado fue violada una compañera por un guardia. Recuerda los apodos de sus guardias en el ESIM Gran Jefe, Gran Valor, Sapucai, “diría que Sapucai era quien violó compañeras ahí adentro”. Para interrogatorios los llevaban a la Base Naval. Recuerda que el comentario en determinado momento era “en la base no hay más peronistas, ahora están los del PST”.

Ahí fue que escucho por primera vez hablar de los vuelos de la muerte cuando un guardia le dijo “comé bien que es tu última comida, vas a viajar en avión y te vas a bajar sin paracaídas”.

La descripción que hizo Mancini de quien encabezó el operativo en su casa y quien le dijo en la Base Naval que lo llame para dar información era “cara redonda, rubio, ojos celestes”. A requerimiento de la Fiscalía se pidió autorización para que el testigo pase vista a fotos de los imputados, acción que el tribunal desestimó. La fiscalía preguntó a Pablo si conoció a Marcos Chueque, contestando que. Recuerda que su celda estaba pegada a la de Rosa Ana Frigerio, con quien se comunicaba raspando la pared, “Ana Rosa hacia manualidades con papel de cigarrillo y un día un guardia me dio una flor que había hecho”.

Haciendo referencia a las secuelas que lo vivido le produjo, hace hincapié en los graves problemas psicológicos sufridos, en lo que le costó recuperar la identidad, nos preguntamos por qué sobrevivimos y la respuesta es que “eramos los mensajeros del terror, estuvimos mucho tiempo con la capucha en la cabeza, como gran parte de la sociedad”.

El testimonio de José Luis Anselmo

Paso seguido declaró José Luís Anselmo, secuestrado junto a Pablo Mancini. Relata mismo testimonio con respecto al allanamiento y posterior traslado a la Base Naval Mar del Plata. Fue torturado, sufriendo los tormentos acostumbrados preguntándole por Hugo Suárez, Daniel y Valentín. Recuerda haber comido en las típicas bandejas de la marina, el ruido de los barcos, soldados trabajando “se notaba que estaban construyendo” y al 5to día hay desplazamiento de todos los detenidos y es alojado en una celda, teniendo a su lado una mujer detenida. Encontró al flaco Calup y su mujer Susana. Ante tanto sufrimiento les dijo “yo soy argentino y no merezco ser tratado así”. En determinado momento llegaron a pedirle rescate y preguntaban si su familia podía pagarlo. Le sacaron fotos y al 8vo día es llevado a la zona sur de la ciudad, le ponen los documentos y plata para el ómnibus en el bolsillo de su saco y es liberado.

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